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Serpientes, lagartos, lagartijas y tortugas se han convertido en pocos años en animales de compañía para criadores de especies exóticas que las valoran por la originalidad de sus comportamientos y porque, a diferencia de otras mascotas convencionales, no emiten ruidos, resultan muy independientes y apenas hay que cuidarlas.

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Las serpientes son muy sensibles a los olores

Las serpientes son muy sensibles a los olores

Se trata de animales salvajes que en muchas zonas del mundo incluso son percibidos como alimañas. Sobre ellos hay toda una literatura y un completo saber popular que ofrece formas de deshacerse de su presencia.

No vamos a hablar aquí de soluciones químicas para erradicarlas, por supuesto que no, nos vamos a referir a esos remedios naturales o naturalizados, todos caseros, que se usan para evitar su presencia. Los olorosos, los aromáticos.

Nuestro objetivo no es otro que comentarlos para ofrecer información sobre lo que molesta a estos animales salvajes. Sin ellos, y a diferencia de lo que hacen los que no los quieren, podremos estar más seguros de que el lugar que hemos elegido para nuestras mascotas exóticas será un espacio agradable. ¿Qué tal si empezamos hablando de lo que no les gusta oler a las serpientes?

A las serpientes no les hace ni pizca de gracia los olores que despiden algunas hojas de plantas y de árboles, especialmente los que los humanos ya conocemos por sus aromas penetrantes.

Son los casos de la ruda o de la consuelda. Hay quien hasta quema algunas de estas hojas para, con sus cenizas, crear algún espacio que resulte impenetrable contra ellas. Una planta que hay que unir al grupo anterior es el ajenjo, que en serpientes pequeñas se ha demostrado como bastante eficaz para ahuyentarlas.

Un producto que aborrecen las serpientes es el azufre, sea como sea que se presente, en grano o en copos. La naftalina, igual. Algunos hacen el doblete con ambos productos, mezclándolos o haciendo que las bolitas de naftalina se impregnen con azufre para mantener su combinación de olores inalterado durante días.

Algunos especialistas incluso hablan de utilizar la naftalina cuando las serpientes se introducen en espacios confinados y no resulta fácil sacarlas de ellos. Otro aroma intenso que pone pies en polvorosa a las serpientes es el del amoniaco. En esto no hay secreto, se trata de un olor tan fuerte que ningún animal de casa querrá compartir espacio con la agresión olfativa que supone.

Lagartos, lagartijas y tortugas

A los lagartos y lagartijas no les van los olores fuertes. En Méjico, un país en el que abundan este tipo de animales, sobre todo en las zonas más tropicales del sur, suelen utilizar soluciones que podrían calificarse de sorprendentes y de originales.

Así, en los lugares que frecuentan lagartos y lagartijas, se suelen aplicar rociadas con sprays con una solución de tabasco picante rebajado con agua. En otros lugares, recurren al uso de bolitas del alcanfor o naftalina y hasta hay quien asegura que la canela en rama y las borras de café los ahuyenta como sucede con las hormigas.

Las tortugas, por su parte, no se caracterizan por tener un buen olfato. Pero hay excepciones, como sucede con las variedades Geochelone o Chelonoidis. Hay que recordar que las tortugas marinas tienen peor olfato y que las que viven en zonas selváticas están acostumbradas a manejar olores como parte de su interacción con el medio. En las zonas húmedas, los olores se transmiten con mayor facilidad.

Con las tortugas no tendremos problemas, con los aromas, salvo los más intensos que hemos descrito en la serie anterior que por su naturaleza han de estar vedados en el entorno cercano de estos animales, ahora cercanos y de compañía. Hablamos especialmente de amoniacos, de lejías, de detergentes y de otros agentes de limpieza caseros con gran poder aromatizante.

Crear un entorno agradable para nuestras mascotas exóticas puede empezar por dejar fuera de casa esos olores tan impactantes que no existen en su medio natural. Y todo puede empezar por echar un vistazo a qué tenemos plantado en el jardín o en la terraza de casa y qué productos de limpieza utilizamos.

Feliz convivencia exótica.

A los hurones y a las ardillas las identificamos como animales vivaces, activos, muy movidos. Sí, hay mucho de éso en su comportamiento. Por esa razón, antes de adoptarlos como animales de compañía es importante hacer una reflexión sobre lo que nuestro hogar puede significar para sus necesidades físicas, para su natural movilidad y, por extensión, para su salud vital.

Hurones felices correteando por el campo

Hurones felices correteando por el campo

¿Elegir a una ardilla como animal de compañía en casa?

Bueno, las ardillas son, así, animalillos despiertos y muy activos. Durante su tiempo de vigilia corren y trepan. Pero, ojo, durante unas horas después de la salida del sol y algunas más desde que cae. El resto del tiempo, las ardillas hacen lo que se les da mejor, dormir, dormitar y descansar.

Para darles todo tipo de facilidades en casa, y durante ese tiempo de actividad, hay que dejarles alguna habitación libre cosa de una hora o de hora y media cada día. Éso les basta. Es importante asegurarse de que en la habitación en cuestión no hay cables eléctricos desnudos y de que los enchufes están tapados y bien asegurados. Basta que haya un resquicio para que se apunten a tirar de tapas y cierres o que encuentren un cable eléctrico a su alcance para que se apunten a roerlo.

Si lo crees conveniente, puedes añadir una malla a tu patio de recreo particular para las ardillas que sea resistente que pueda hacer de pantalla. Algunos juguetes para gatos, como los que puedes comprar en una tienda de animales, te servirán para ofrecerles retos físicos motivantes. En particular esas construcciones con repisas que usan los felinos para acomodarse en alto. Sí, que se parecen más o menos a árboles.

Otro elemento que puede funcionar es enrollar una alfombra para que haga de ocasional madriguera. Elige las que están hechas en fibra de coco y rechaza las sintéticas porque las ardillas, con su afición a roer, pueden dar cuenta de tus mejores alfombras y acabar con una indigestión o algo peor. Si quieres una mayor seguridad, utiliza un árbol seco y caído que esté hueco. Será algo así como un pequeño parque temático de ardillas.

Hurones, cuestión de edad

La actividad de los hurones va por barrios, o casi. Los más jóvenes, como sucede con muchas mascotas, son los más activos, los de cierta edad, jugarán y correrán lo justo. Los hurones de menor edad, los que tienen menos de un año, son pura energía, suelen ser curiosos y buscan aventuras allá donde les cuadra.

Para los mayores bastará con un área de juegos corta y, en su caso, un vallado simple, para los jóvenes, las mismas condiciones que hemos comentado para las hiperactivas ardillas. Con una salvedad. Los hurones tienen mucha fuerza, son capaces de roer con más entrega y afición incluso que las ardillas y sus huesos flexibles les permiten introducirse donde son capaces de colar la cabeza. Sí, como se dice de los gatos.

¿Qué quiere decir ésto?. Pues que hay que prestar atención a los lugares por donde pueden meterse, porque son animales que en su medio natural viven en madrigueras llenas de recovecos por las que circulan con la misma energía con la que corren en superficie, como si fueran serpientes. Así las gastan los hurones.

Habla con alguna persona que ya tenga hurones en casa y aclara dudas. Después de éso, estarás en mejores condiciones de decidir si un hurón podrá adaptarse al espacio de tu hogar y a la convivencia.

Como has podido comprobar, las ardillas y los hurones son animales muy activos, cuando les toca, que dan espectáculo cada día. Una locura, un circo, ése es parte de su atractivo, pero también para el que hay que estar preparados. Feliz convivencia.

Los animales hablan aunque no está entre nuestras habilidades entenderlos. O sí. Podemos desconocer lo que quieren decir exactamente, pero, en cambio, sí que podemos estar seguros de lo que quieren expresar en términos generales. Y éso es suficiente para entenderlos.

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Cobayas susurrando.

Cobayas susurrando.

A chinchillas y cobayas les podemos seguir su boca a boca atendiendo a sus características vocalizaciones que han sido ampliamente estudiadas. Sus chillidos, chirridos o hipos recurrentes nos cuentan lo que sienten.

Queremos compartir contigo ese repertorio en la confianza de que, con un prontuario de vocalizaciones, podrás estar más cerca de sus necesidades.

Chinchillas

Las chinchillas, a diferencia de lo que pudiera parecer, cuentan con una gran cantidad de sonidos vocales con los que comunicase. Su apariencia de animales tranquilos se interpreta como poco dada a la comunicación. Pero la realidad es que resulta todo lo contrario. No sólo vocalizan con volúmenes distintos, sino también en tonos diferentes y con melodías apropiadas para expresar lo que quieren decir.

Pero hay más. Las chinchillas también se expresan con señales olftativas y con un lenguaje corporal propio. Una chinchilla puede, por ejemplo, hacer llamadas de atención para que se les localice, chillar alto cuando se siente amenazada o hacer vocalizaciones de advertencia que suenan como si tuviera hipo. Cada una de estas interacciones lleva aparejado comportamientos y movimientos corporales diferentes. La modulación del mensaje incluso estará condicionada por el tamaño y por la edad del animal y hasta por su personalidad.

Con la práctica, cualquier amante de las chinchillas podrá incluso diferenciar la voz de un animal de la de otro, como sucede con las de las personas que son sensiblemente distintas y que constituyen parte de su identidad.

Familiarizarse con los sonidos de tu chinchilla te ofrecerá la oportunidad de conocer su estado y sus necesidades. Quienes han estudiado a las chinchillas y cómo se comunican han determinado que manejan siete tipos de llamadas, cuatro son para comportamientos ofensivos o defensivos y tres se pueden relacionar con actitudes de investigación o de exploración del entorno. Vemos algunas de ellas.

– Vocalización de presencia. El sonido asociado tiene una frecuencia baja, el sonido es suave y hasta alegre. Indica que el animal se encuentra bien y con él delata también a otros congéneres donde está.

– Vocalización de petición de contacto. Se identifican con gruñidos suaves y se asocia con un ánimo lúdico, que quiere transmitir comodidad o una actitud curiosa. La frecuencia de esta vocalización es más baja pero es de realización más compleja tiene un comienzo brusco y luego el sonido decae.

– Vocalización de comportamiento ofensivo o defensivo. Se realiza con sonidos muy altos y en secuencias repetidas de tres o cinco veces de manera rítmica. Entre cada una de las secuencias se produce un silencio y vuelta a empezar.

– Aviso de alarma. Es un grito fuerte y alto que puede registrar hasta una serie de 20 chichillidos en la misma secuencia. Aparece cuando el animal está excitado por algo que le resulta desconocido y que interpreta como una amenaza.

Lo que dicen las cobayas

Las cobayas ofrecen un modelo de comunicación muy parecido al de las chinchillas. Si en un perro el ‘guau’ es la onomatopeya básica o clásica de un ladrido, en las cobayas sería algo así como ‘guik’.

– Petición de comida. Los cuidadores de cobayas conocen ese ‘guik’ y normalmente está asociado con el hambre o con el deseo de pedir comida. Un detalle curioso de esta vocalización específica es que sólo está dirigida a los humanos. Diferentes pruebas científicas han demostrado que en la naturaleza las cobayas nunca desarrollaron este modelo de comunicación que sólo les llegó con la domesticación.

– El chut-chut. Chut-chut es la transcripción onomatopéyica de un sonido muy característico de las cobayas. Es sinónimo de bienestar.

– Chillidos. Se dejan oír cuando el animal se siente amenazado.

– Ronroneo. El ronroneo de las cobayas tiene el mismo significado que le damos al de los gatos. Pero no suena como tal, está a medio camino entre el gruñido de un perro y el un ronroneo de gato con un tono bajo. Como sucede en los felinos, este sonido es típico de los animales que se encuentran a gusto. También lo hacen cuando se sienten amenazados, aunque con una variante de sonidos cortos.

– Gruñidos. Se trata de un sonido relacionable con situaciones de angustia, cuando se sienten amenazados.

– Sonido retumbante. Es como el ronroneo descrito pero con un efecto de vibración y en un tono más bajo. Lo usan los machos para cortejar a las hembras y éstas lo usan para hacerles saber a sus parejas de que están listas para el apareamiento.

– Gimoteo. Se trata de un sonido agudo que se produce cuando el animal está perturbado o molesto por algo.

– Castañeteo de dientes. Por lo general, significa que el animal está enfadado o triste. Lo hará cuando metas tu mano en su jaula o cuando se acerque un congénere a su territorio como toque de advertencia.

¿Lo has visto?. Ya ves como te lo dicen las chinchillas y las cobayas, sólo tienes que prestarles atención.