Los animales hablan aunque no está entre nuestras habilidades entenderlos. O sí. Podemos desconocer lo que quieren decir exactamente, pero, en cambio, sí que podemos estar seguros de lo que quieren expresar en términos generales. Y éso es suficiente para entenderlos.

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Cobayas susurrando.

Cobayas susurrando.

A chinchillas y cobayas les podemos seguir su boca a boca atendiendo a sus características vocalizaciones que han sido ampliamente estudiadas. Sus chillidos, chirridos o hipos recurrentes nos cuentan lo que sienten.

Queremos compartir contigo ese repertorio en la confianza de que, con un prontuario de vocalizaciones, podrás estar más cerca de sus necesidades.

Chinchillas

Las chinchillas, a diferencia de lo que pudiera parecer, cuentan con una gran cantidad de sonidos vocales con los que comunicase. Su apariencia de animales tranquilos se interpreta como poco dada a la comunicación. Pero la realidad es que resulta todo lo contrario. No sólo vocalizan con volúmenes distintos, sino también en tonos diferentes y con melodías apropiadas para expresar lo que quieren decir.

Pero hay más. Las chinchillas también se expresan con señales olftativas y con un lenguaje corporal propio. Una chinchilla puede, por ejemplo, hacer llamadas de atención para que se les localice, chillar alto cuando se siente amenazada o hacer vocalizaciones de advertencia que suenan como si tuviera hipo. Cada una de estas interacciones lleva aparejado comportamientos y movimientos corporales diferentes. La modulación del mensaje incluso estará condicionada por el tamaño y por la edad del animal y hasta por su personalidad.

Con la práctica, cualquier amante de las chinchillas podrá incluso diferenciar la voz de un animal de la de otro, como sucede con las de las personas que son sensiblemente distintas y que constituyen parte de su identidad.

Familiarizarse con los sonidos de tu chinchilla te ofrecerá la oportunidad de conocer su estado y sus necesidades. Quienes han estudiado a las chinchillas y cómo se comunican han determinado que manejan siete tipos de llamadas, cuatro son para comportamientos ofensivos o defensivos y tres se pueden relacionar con actitudes de investigación o de exploración del entorno. Vemos algunas de ellas.

– Vocalización de presencia. El sonido asociado tiene una frecuencia baja, el sonido es suave y hasta alegre. Indica que el animal se encuentra bien y con él delata también a otros congéneres donde está.

– Vocalización de petición de contacto. Se identifican con gruñidos suaves y se asocia con un ánimo lúdico, que quiere transmitir comodidad o una actitud curiosa. La frecuencia de esta vocalización es más baja pero es de realización más compleja tiene un comienzo brusco y luego el sonido decae.

– Vocalización de comportamiento ofensivo o defensivo. Se realiza con sonidos muy altos y en secuencias repetidas de tres o cinco veces de manera rítmica. Entre cada una de las secuencias se produce un silencio y vuelta a empezar.

– Aviso de alarma. Es un grito fuerte y alto que puede registrar hasta una serie de 20 chichillidos en la misma secuencia. Aparece cuando el animal está excitado por algo que le resulta desconocido y que interpreta como una amenaza.

Lo que dicen las cobayas

Las cobayas ofrecen un modelo de comunicación muy parecido al de las chinchillas. Si en un perro el ‘guau’ es la onomatopeya básica o clásica de un ladrido, en las cobayas sería algo así como ‘guik’.

– Petición de comida. Los cuidadores de cobayas conocen ese ‘guik’ y normalmente está asociado con el hambre o con el deseo de pedir comida. Un detalle curioso de esta vocalización específica es que sólo está dirigida a los humanos. Diferentes pruebas científicas han demostrado que en la naturaleza las cobayas nunca desarrollaron este modelo de comunicación que sólo les llegó con la domesticación.

– El chut-chut. Chut-chut es la transcripción onomatopéyica de un sonido muy característico de las cobayas. Es sinónimo de bienestar.

– Chillidos. Se dejan oír cuando el animal se siente amenazado.

– Ronroneo. El ronroneo de las cobayas tiene el mismo significado que le damos al de los gatos. Pero no suena como tal, está a medio camino entre el gruñido de un perro y el un ronroneo de gato con un tono bajo. Como sucede en los felinos, este sonido es típico de los animales que se encuentran a gusto. También lo hacen cuando se sienten amenazados, aunque con una variante de sonidos cortos.

– Gruñidos. Se trata de un sonido relacionable con situaciones de angustia, cuando se sienten amenazados.

– Sonido retumbante. Es como el ronroneo descrito pero con un efecto de vibración y en un tono más bajo. Lo usan los machos para cortejar a las hembras y éstas lo usan para hacerles saber a sus parejas de que están listas para el apareamiento.

– Gimoteo. Se trata de un sonido agudo que se produce cuando el animal está perturbado o molesto por algo.

– Castañeteo de dientes. Por lo general, significa que el animal está enfadado o triste. Lo hará cuando metas tu mano en su jaula o cuando se acerque un congénere a su territorio como toque de advertencia.

¿Lo has visto?. Ya ves como te lo dicen las chinchillas y las cobayas, sólo tienes que prestarles atención.