La lista de animales que han llegado a nuestros hogares en los últimos años como potenciales mascotas se ha extendido extraordinariamente. En parte, por el renovado gusto por lo exótico de los ciudadanos de los países del primer mundo, pero también por la apertura al comercio internacional y al desarrollo de países lejanos, hasta hace poco cerrados a Occidente, que exportan como mercaderías a animales fáciles de transportar en rutas aéreas cada vez más frecuentes y seguras.
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No es difícil toparse ya en las tiendas de animales que hay cerca de casa con un sinfín de reptiles procedentes de Asia, de regiones de América, de África o de lugares apartados y remotos de Oceanía, que también resultan fáciles de adaptar a nuestros hogares europeos y hasta de criar en viveros lejos de sus lugares de origen. Ahí está parte de la clave de su éxito como animales de compañía, la unión positiva de todas esas circunstancias.
La pregunta que ha de hacerse quien se haya dejado seducir por los encantos del exotismo de estos reptiles que nos recuerdan mucho a los animales salvajes es precisamente qué nos pueden aportar.
Y algo todavía más importante, por supuesto, qué les podemos aportar nosotros en la línea de conocimiento práctico sobre sus costumbres para procurarles una inserción adecuada y segura en nuestro medio natural, nuestra propia casa.
Tal vez el primer argumento a la hora de elegir y comprar un reptil como mascota de la tienda de animales es valorar toda la información disponible sobre el animal, que debemos recordar tendrá un comportamiento más de animal salvaje que perros y hasta gatos, que en el contacto con el hombre se han ido socializando y han adaptado de alguna manera sus comportamientos y roles al mundo humano y a las peculiaridades de ese hábitat doméstico que llamamos casa familiar.
Debemos saber cuando vayamos a comprar el reptil en la tienda de animales si está en fase de desarrollo infantil o juvenil, si el tamaño de la serpiente, del camaleón o del gecko será el mismo, o, en su caso, cuánto más crecerá.
Ese dato es muy importante para no llevarnos sorpresas en los meses siguientes. En muchas casas, el espacio no sobra precisamente. Y si el crecimiento del reptil puede ser un inconveniente, cuanto antes lo sepamos, mejor.
Otro dato a tener en cuenta es su alimentación, qué es lo que come, cual es su pienso, cuales son su suplementos, porque no se trata de mantener sólo al animal con vida, también es importante que crezca con salud. En nuestra mano siempre estará adelantarnos a sus ciclos de vida, a sus carencias en la alimentación y a sus enfermedades.
Hablamos de pienso, aunque en la gran mayoría de las situaciones deberíamos hablar de animales vivos, que en el caso de las serpientes, de la inmensa mayoría de las serpientes que podemos comprar en una tienda de animales, serán roedores vivos, cebo vivo.
Es algo también muy importante a la hora de decidirnos por un reptil que come como un animal salvaje en su medio natural. Si no estamos por la labor de dar ratoncillos vivos a nuestra serpiente, lo mejor es plantearnos comprar un animal en la tienda de animales que se adapte a nuestra foma de entender la alimentación y la relación cercana con la mascota que tenemos a nuestro cargo.
Dejarnos llevar por el exotismo de una mascota colorida, con movimientos limitados ideales para el reducido espacio que tenemos en casa no son argumentos concluyentes para elegir al reptil que nos ha llamado la atención en una tienda de animales.
Es deseable una consulta previa al mismo titular de la tienda de animales, a un veterinario de confianza, a otra persona que ya tenga esa mascota en casa.
O más sencillo aún, una evaluación de la información publicada y específica sobre la variedad de reptil de nuestro gusto, que podemos conseguir también en una tienda de animales o en Intenet; nos ayudará a caer en la cuenta de los pros y de los contras de ese flechazo que hemos tenido con un ofidio.